Portada por Charles Schulz
Las últimas semanas del 2013, paseando por el centro histórico de la ciudad de Aguascalientes, encontré un tianguis de libros usados. Tres hileras de puestos con libros de todas clases expuestos encima de lonas sobre el piso. Toda una aventura para quienes nos gusta la lectura. En él encontré el librito sobre Charlie Brown. Cuando pregunté cuánto costaba, la chica que atendía el puesto ese día me dijo que cuarenta pesos. Después de examinarlo le comenté que me parecía caro para una reedición de tiras que ya había publicado otra editorial hacía más de 50 años. La chica inconmovible me reiteró, «son cuarenta pesos». Yo dejé el libro y seguí buscando entre los montones de textos que ofrecía el tianguis.
Al salir de ahí, mi esposa me preguntó si no iba a comprar nada, le comenté de mi desavenencia con la vendedora y al preguntarme si en verdad lo quería supe que me había convencido. Incluso me facilitó la transacción al ofrecerse a ir a comprarlo por aquello de que me lo quisieran dar más caro para que se me quitara lo rijoso. Mientras tanto mis hijos y yo la esperaríamos en un restaurante chino muy cerca de ahí. Cuando llegó nos platicó que casi me quedo sin el librito porque una chava ya se lo quería llevar junto a otro volumen. Pero mi esposa le dijo que ya lo habíamos visto y que ella ya llevaba uno y, por lo tanto, era «justo» que le dejara comprar el otro. Finalmente la chava accedió (¡muchas gracias!).
«Here Comes Charlie Brown», de la autoría de Charles Schulz, fue editado por Fawcett World Library en 1962, se trata de la doceava impresión. La primera fue realizada por Holt, Rinehart and Wilson (HR&W) en 1957. Todas las ediciones están compuestas de tiras seleccionadas de la segunda parte de la recopilación titulada «Good Ol’ Charlie Brown» de HR&W, que contiene strips de Peanuts que Schulz publicó en los periódicos entre 1955 y 1957. En otras palabras, se trata de un digesto de una obra anterior.
¿Pero qué pasaba en la vida de Schulz entre 1955 y 1957, cuando publicó originalmente estas tiras diarias de Peanuts? Para responder a esto vamos a recurrir a la biografía escrita por David Michaelis «Schulz and Peanuts». De acuerdo con esta obra, por esas fechas Sparky Schulz empezaba a cosechar los frutos de su trabajo y comenzaba a vivir la vida que soñó. Tiene pocos años de casado y para 1956 ya tiene cuatro hijos junto a su esposa Joyce.
Unos años antes, en 1952, regresó a vivir a su natal Minnesota y a principios de marzo de ese mismo año aparece por primera vez en la tira cómica el que habrá de ser uno de los personajes más vitales, Lucy Van Pelt. Para 1955 Lucy ha adquirido la personalidad con la cual la conocemos, y que está basada en Joyce. Si Charlie Brown es el avatar de Sparky, no es de extrañarnos que las relaciones entre él y Joyce se reflejen en las actitudes de Lucy y el chico cabeza de bola.
De acuerdo con Michaelis, ésta es la época en la cual Charlie Brown se convierte en un símbolo nacional norteamericano, gracias a que representa al hombre ordinario que admite ante sí mismo que lo más que uno puede hacer es lo mejor que pueda hacer con lo que tenga.
El éxito de Peanuts se refleja en el crecimiento que tiene en el número de periódicos que llevan la tira. El 13 de marzo de 1955 empiezan a ser publicados por el Los Angeles Times y el 24 de abril de ese mismo año aparecen en el Dallas Morning News. Entre mayo y octubre de 1956 el total de diarios que publican Peanuts pasa de 125 a 250 y para 1957 doscientos treinta medios llevan en sus páginas las tiras diarias y ciento dos la tira dominical. Para ese entonces, el número de lectores de Schulz rebasa los veinte millones.
Peanuts por Charles Schulz (circa 1955)
Este es el momento en el que los patrocinadores empiezan a ofrecer a Sparky atractivas sumas de dinero para utilizar a los personajes de Peanuts en sus productos. Por ejemplo, en 1955 Schulz dibuja para la Eastman Kodak una guía ilustrada sobre cómo tomar fotografías. Todo lo anterior se refleja en la prosperidad económica de Sparky y su familia. Ya en 1954 gana 2500 dólares al mes, cuando los ingresos anuales promedio de una familia de clase media son de 4000 dólares, y en 1957 llega a obtener 90,000 dólares como ingreso total para ese año.
Pero no sólo alcanza el éxito económico. El 23 de abril de 1956 Charles Schulz recibe el premio de la National Cartoonists Society al mejor caricaturista de 1955 en los EE.UU. Éste es el galardón más prestigiado que existe en Norteamérica y es otorgado por el gremio de dibujantes y cartonistas más reconocidos en dicho país. Y por si fuera poco, en 1957 se organiza la primera exhibición de las tiras originales de Peanuts en un museo, el Museo de Arte de la Escuela de Diseño de Rhode Island.
Todo esto pasaba cuando se publicaron las tiras que después fueron recopiladas y luego, algunas de ellas seleccionadas, para aparecer en «Here Comes Charlie Brown». Eran los mejores tiempos, cuando los personajes empezaban a desarrollarse a plenitud y su calidad empezaba a ser reconocida por el público, la academia y el gremio de moneros. Pero también aquí se empieza a gestar el mercantilismo grosero que distinguiría a Peanuts más adelante y hasta nuestros días.
¡Qué buena compra! Y yo que no quería pagar los cuarenta pesos. Acabo de buscar en ebay y la primera edición de 1957 de «Here Comes Charlie Brown» se subasta en 18 dólares. Todavía les quedan cinco días para ofertar.
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